jueves, 20 de septiembre de 2007

SE HABLA BOLERO





Amador y Desprecio discuten bajo el manto de la luna que se cuela en la ventana. Ellos sólo hablan el idioma de los boleros, propios de las noches vagas y el desamor.



NOTA: TODO EL DIÁLOGO ESTÁ EN IDIOMA BOLERO.




Sra. Desprecio:
Llorarás, llorarás mi partida. Aunque quieras arrancarme de tu ser. Cuando sientas el calor de otras caricias, mi recuerdo ha de brillar donde tú estés. Has de ver que mi amor fue sincero y que nunca comprendiste mi penar. Cuando sientas la nostalgia por mis besos, llorarás, llorarás, llorarás.

Sr. Amador:
Se te olvida que me quieres a pesar de lo que dices, pues llevamos en el alma cicatrices imposibles de borrar. Se te olvida que hasta puedo hacerte mal si me decido, pues tu amor lo tengo muy comprometido. Y hoy resulta que no soy de la estatura de tu vida y al dejarme casi se te olvida que hay un pacto entre los dos. Por mi parte, te devuelvo tu promesa de adorarme, ni siquiera sientas pena por dejarme que ese pacto no es con Dios.

Sra. Desprecio:
Tú me has dado a comprender que no te importo nada. Que me diste tu amor por equivocación. Y yo no sé qué hacer, si reír o llorar, o llenarme de pena, o sufrir la condena de tu mal proceder. Porque mi corazón, cansado de sufrir, ya no resiste más esta condena cruel.

Sr. Amador:
No discutamos, porque después de la primera discusión hay muchas más. Hoy terminamos. Tuve la culpa, fue mi error. Ya te perdí perdón y no me quieres perdonar. ¿Qué quieres que yo haga?

Sra. Desprecio: Con el atardecer me iré de ti. Me iré sin ti. Me alejaré de ti con un dolor dentro de mi. Te juro, corazón, que no es falta de amor pero es mejor así. Un día comprenderás que lo hice por tu bien, que todo fue por ti. La barca en que me iré lleva un cruz de olvido. Lleva una cruz de amor y en esa cruz, sin ti, me moriré de hastío. Adiós, adiós amor. Recuerda que te amé y que siempre te he de amar.

Sr. Amador:
Te vas porque yo quiero que te vayas. A la hora que yo quiera te detengo. Yo sé que mi cariño te hace falta porque aunque quieras o no, yo soy tu dueño. Yo quiero que te vayas por el mundo y quiero que conozcas mucha gente. Yo quiero que beses otros labios, para que me compares hoy como siempre. Si encuentras un amor que te comprenda y sientes que te quiere más que a nadie, entonces yo daré la media vuelta y me iré con el sol cuando muera la tarde.

Sra. Desprecio:
Y qué hiciste del amor que me juraste. Y qué has hecho de los besos que te di. Y qué excusa puedes darme si faltaste y mataste la esperanza que hubo en mi. Y qué ingrato es el destino que me hiere. Y qué absurda es la razón de mi pasión. Y qué necio es este amor que no se muere y prefiere perdonarte tu traición. Y pensar que en mi vida fuiste flama, y el caudal de mi gloria fuiste tú. Y llegué a quererte con el alma y hoy me mata de tristeza tu actitud. Y a quién debo, dime entonces, tu abandono. Y en qué ruta tu promesa se perdió.

Sr. Amador:
Ojala que te vaya bonito. Ojala que se acaben tus penas. Que te digan que yo ya no existo. Que conozcas personas más buenas. Que te den lo que yo no pude darte. Aunque yo te haya dado de todo. Te añoré, te perdí, ya ni modo… Sufro al pensar que el destino logró separarnos. Guardo tan bellos recuerdos que no olvidaré. Sueños que juntos forjaron tu alma y la mía, en las horas de dicha infinita que añoro y no han de volver.

Sra. Desprecio:
Si te hablan de mí, no me menciones. Porque vas a sentir amor del bueno. Y si quieren saber de tu pasado, es preciso decir una mentira. Di que vienes de allá, de un mundo raro, que no sabes llorar, que no entiendes de amor y que nunca has amado.

Sr. Amador:
Arráncame la vida con el último beso de amor. ¡Ay! Arráncala y toma mi corazón. Arráncame la vida y si acaso te hiere el dolor, ha de ser de no verme porque tus ojos, me los llevo yo.

Sra. Desprecio:
Tú me acostumbraste a todas esas cosas y tú me enseñaste que son maravillosas. Sutil llegaste a mí, como una tentación, llenando de inquietud mi corazón. Yo no concebía cómo se quería en tu mundo raro y por ti aprendí. Por eso me pregunto, al ver que me olvidaste, ¿Por qué no me enseñaste cómo se vive sin ti?

Sr. Amador:
Perdón vida de mi vida. Perdón, si es que te he faltado. Perdón, cariñito amado. Ángel adorad dame tu perdón. Amor, habrá quien te quiera. Amor de tu amor y el mío. Porque el dolor que ansío, es el amor mío que llora por tu amor. Si sabes que te quiero con todo el corazón, que tu eres el anhelo de mi única ilusión. Ven calma mi sufrir con un poco de amor que es todo lo que ansía mi pobre corazón.


La puerta se cerró detrás de ellos. Nunca más volvieron a aparecer. Dejaron abandonada su ilusión. La puerta se cerró detrás de ellos y así, detrás de ellos, se fue su amor.

6 comentarios:

César dijo...

excelente!!

Chiqui dijo...

wow! está buenísimo!
Me encantó!

Sr. Amador dijo...

En la vida hay amores que nunca pueden olvidarse. Imborrables momentos que siempre guarda el corazón. Pero aquello que un día nos hizo temblar de alegría, es mentira que hoy pueda olvidarse con un nuevo amor. He besado otras bocas buscando nuevas ansiedades. Y otros brazos extraños me estrechan, llenos de emoción. Pero sólo consiguen hacerme recordar los tuyos, que inolvidablemente vivirán en mi.

nelsoncisneros dijo...

que bello, de verdad y triste.. provoca ponerle musica, veré a ver que se logra...

Te felicito de verdad.

Un abrazo cordial, y confieso que me es muy grato leerte.

Nelson

Verónica Ruiz del Vizo dijo...

Andre y cesar,
Agradecida con ustedes. Sobretodo, por los signos de exclamación que siempre son buena señal.

Amador,

¿Cómo pudimos olvidar ese?
Gracias.

Nelson,
Colócale música. Es mejor su lectura. Te lo prometo

Ana Sosa M. dijo...

vero, aparece amiga!!!!!!! llámame, ya te he llamado yo mil veces y no me has devuelto la primera llamada.
muaaaaaaks miss you, love you